"No sólo se enseña lo que se sabe, también se enseña lo que se es"

viernes, 28 de marzo de 2014

Reflexiones de una simple pedagoga

(*Nota informativa: Un pedagogo no es ni “el que enseña a hablar” (Logopeda) ni “el de los pies” (Podólogo), un pedagogo puede definirse como un profesional experto en educación que puede trabajar todo lo relacionado con ésta de forma tanto general como específica según las distintas especialidades o el puesto de trabajo que se desempeñe, ya sea en centros educativos como en otras instituciones o empresas, con todo tipo de personas y en todo tipo de contextos.)

Desde que empezamos en el grado de Pedagogía siempre hemos hablado con todo lo relacionado sobre la escuela o centros educativos, pero resulta que un pedagogo también puede trabajar en una empresa y lo más increíble es que la mayoría acaba trabajando en ese ámbito (según el artículo “El papel de la pedagogía en la formación empresarial” aproximadamente el 60% de los titulados en Pedagogía trabajan al finalizar sus estudios en empresas privadas, el 28% trabaja en empresas públicas y el 10% en empresas del segundo sector), pero… ¿Qué hace un pedagogo en una empresa? se preguntaran muchos, pues esa misma pregunta nos hacíamos nosotros.

La Pedagogía laboral existe desde hace muchos años atrás, a pesar de eso el artículo “El papel de la pedagogía en la formación empresarial” nos dice que en el año 2013 solo 7 de las 24 Universidades españolas ofertaban itinerarios relacionados con la pedagogía laboral, ¿por qué? si estamos aprendiendo a lo largo de toda la vida, y la mayor parte de la vida de las personas es laboral ¿por qué solo nos hemos encargado del ámbito escolar y no hemos ampliado nuestra oferta laboral?

Ahora que ya por fin la Pedagogía laboral existe en la Universidad de Málaga ¿Por qué empezamos a verla en el 3º curso? ¿Por qué es una asignatura optativa y no obligatoria? Muchas de estas cuestiones no son misterios de la vida y habrá personas que sepan responderlas, pero si queremos tener una formación de calidad y queremos ampliar y mejorar las salidas laborales del pedagogo creo que deberíamos empezar a planteárnoslas enserio.

En una empresa necesitamos de la formación de los trabajadores para que estos renueven sus conocimientos y estén en una formación continua para que se adapten mejor al continuo cambio que sufre la sociedad, pero ¿quién se encarga de esa formación? Pues ahí es donde entramos los profesionales de la pedagogía. Según el artículo “La empresa: un reto para los profesionales de la pedagogía”: “El pedagogo como formador en una empresa, desarrolla tareas relacionados con el diagnostico de necesidades de la empresa, el diseño de planes de formación ya sea a nivel individual o grupal, lleva a cabo la gestión de formación, debe proporcionar los recursos tanto tecnológicos como didácticos necesarios, promueve la innovación y gestiona las futuras prácticas profesionales que se puedan desempeñar en el seno de la empresa.”

Algunas personas dirán: “pues yo he visto a un psicólogo haciendo muchas de esas funciones”, pues sí, a psicólogos, a antiguos formadores, a directivos que han adquirido competencias en materia de formación, etc. Las empresas necesitan de personal que se encargue de la formación y los pedagogos como he apuntado anteriormente vamos un poco “atrasados” (en el sentido de que nos han empezado a formar como pedagogos laborales desde no hace mucho) en este sector y la mayoría de estos puestos han sido ocupados por profesionales de otros ámbitos. ¿Podemos llamar a esto intrusismo? ¿Están estos profesionales capacitados para la formación? ¿Qué tipo de formación dan? Pedagógica segura que no.

Cuando vemos los típicos cursos de: “CURSO ONLINE - 420€ CON UNA TABLET DE REGALO” pensamos ¡Wow una Tablet!, pero ¿qué hay detrás de estos cursos? ¿Es formación de calidad o solo te están vendiendo la Tablet?



Reflexionemos pues sobre todas estas cuestiones y tengamos claro que los pedagogos somos necesarios. Podemos mejorar la competitividad y la sostenibilidad en las empresas desarrollando programas de formación de calidad, por tanto la formación no es un gasto sino una inversión. No se trata de aumentar el número de horas de formación sino de optimizarla (calidad respecto a cantidad) atendiendo los intereses de la organización y de las personas que la componen. Así aseguraremos beneficios de la inversión realizada en formación.


Bibliografía:

- Domènech, E. El “alegato” de Steve Jobs. Recuperado el 23 de marzo de 2014, de http://www.desdelanube.com/?p=931

- El papel de la pedagogía en la formación empresarial. Pedagogy role in business training.

- Moreno García, M. S. La empresa: un reto para los profesionales de la Pedagogía. Universidad de Sevilla.

- Sánchez Morales, P. J. Incremento de la modalidad a distancia: “miedo me da”. Recuperado el 24 de marzo de 2014, de http://epedagogia.es/?p=623

- Sánchez Morales, P. J. Pedagogía laboral…un “cuerpo extraño” en las Facultades de Educación. Recuperado el 24 de marzo de 2014, de http://epedagogia.es/?p=586

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